Hace unos años este artículo se habría titulado ‘La jornada de los transistores’. Pero la tecnología ha cambiado el guión del pasado. Y es que eran otros tiempos. Aquella época en la que en el ‘kit del buen aficionado’ no faltaban la bufanda, el bocadillo y la radio. Esos años en los que el fútbol era lo más importante. Ganar producía alegría. Perder, tristeza. Las ruedas de prensa eran meras anécdotas. Y un fuera de juego mal pitado no era motivo de guerra civil.
Eran otros tiempos. Hoy en día se ha perdido ese romanticismo. Todavía conservamos la bufanda y el bocata, pero poco más queda de aquel fútbol. El partido ya no es lo más importante. Los goles han dejado paso a las declaraciones de los entrenadores. Se cree en complots arbitrales. Cualquier movimiento de la estrella de turno es adorado o criticado según los colores de tu camiseta. Y, por si esto fuera poco, los aficionados han dejado los transistores en casa.
En jornadas como la que nos espera esta noche, las pequeñas radios portátiles eran un elemento más del partido. Importaba saber qué ocurría en otros campos casi más que el resultado de tu equipo. Incluso los banquillos se giraban a la grada en busca de información. Y es que la diferencia entre cumplir objetivo o caer en el infierno de la 2ª división es mínima.
Pero esa función ya no está destinada a los transistores. En las manos de los aficionados ahora hay Iphone’s, Blackberry’s y demás chismes tecnológicos. Las ondas herzianas son historia. Ahora el rey del mambo es el 3G. Lo mismo ocurre con los carruseles deportivos. Ya no son vitales: las aplicaciones ofrecen infinidad de datos al instante de cualquier partido a través de internet.
Esta noche Mallorca, San Sebastián, Pamplona, Getafe, La Coruña y Zaragoza vivirán con el corazón en un puño. Cinco aficiones acabarán festejando la salvación. La otra se sumirá en un mar de lágrimas. Pero yo les invito a aislarse del partido durante un instante. Miren hacia la grada e intenten localizar alguna radio. Si lo hacen, guarden esa imagen en su memoria. Pronto será cosa del pasado…
No hay comentarios:
Publicar un comentario