30 de junio de 2008

Eurocopa 2008, Final: España se proclama campeona de Europa

Dieciséis selecciones comenzaron la Eurocopa con un único objetivo, pero sólo una ha logrado conseguirlo. Fue la Selección Española, que se coronó mejor equipo del continente tras imponerse a Alemania en la final. 44 años después Fernando Torres emuló a Marcelino y fue el autor del gol de la victoria. Los futbolistas españoles cambiaron la teoría “el fútbol es un deporte en el que juegan once contra once y siempre gana Alemania”. Esta vez ganó España.

Se dice que en el fútbol no hay justicia porque no siempre gana el mejor. Tenemos infinidad de partidos en los que un conjunto ha sido mejor que el otro y al final acaba cediendo. El ejemplo más reciente lo tuvimos con la eliminatoria entre el Getafe y el Bayern de Münich. Pero en la final de la Eurocopa la justicia imperó y por eso fue Iker Casillas y no Michael Ballack el que levantó el trofeo Henri Delaunay, que acredita a España como campeona de Europa.

El partido decisivo enfrentaba a dos conjuntos con una forma muy diferente de entender el fútbol. Mientras que España apostó durante todo el torneo por el famoso “tiki taka”, los alemanes se aferraron a su gen competitivo y a una estrategia más resultadista que vistosa para plantarse en la final. Estaba por ver cuál de los dos estilos de juego se imponía. Fue el alemán el que se imperó en los primeros compases del juego. Una España muy descolocada y algo nerviosa cedió la iniciativa a Alemania, que dio un par de sustos a Casillas. Pasado el primer cuarto de hora, los futbolistas españoles se asentaron sobre el campo y consiguieron el control del esférico. Las ocasiones de peligro no se hicieron esperar. Un cabezazo al poste de Fernando Torres fue el preludio de lo que sería el primer tanto. En un balón aparentemente sin peligro, Lahm y Lehmann no se entendieron y fue el delantero español el que demostró ser el más listo de la clase adelantándose a ambos para poner a España en ventaja en el marcador. En la previa del partido Fernando Torres había avisado que quería emular a Marcelino y meter un gol decisivo en la final. Quedaba cumplida su promesa.

España pudo sentenciar

A partir de aquí España gozó de varias ocasiones claras para sentenciar el encuentro, pero ni Silva ni Iniesta tuvieron la puntería suficiente para perforar de nuevo en la meta alemana. Con España por delante se llegó al final de la primera mitad. El descanso pareció no afectar a los futbolistas vestidos de rojo porque seguían siendo los dueños del partido. Alemania trató de meterse en el encuentro, pero el centro del campo español era dueño y señor de la pelota y ya se sabe que sin ella es imposible meter un gol.

Conforme el tiempo avanzaba los alemanes se iban cada más arriba dejando muchos espacios atrás. Éstos fueron aprovechados por los jugadores españoles para buscar, sin éxito, la ansiada sentencia. Los aficionados congregados en las gradas del Ernst Happel Stadion de Viena no podían con los nervios, al igual que los cuarenta y cinco millones de españoles que estaban siguiendo el encuentro por la televisión. Todos querían que España metiera el segundo gol para poder vivir y disfrutar de los últimos minutos con tranquilidad. Estaba visto que había que sufrir para ganar y así lo hizo España. Cuando el partido agonizaba los alemanes se lanzaron a la desesperada colgando balones al área española. Un par de errores infantiles a punto estuvieron de provocar el empate alemán, pero éste nunca llegó. El árbitro italiano Rosseti señaló el final y la fiesta comenzó. España era de nuevo campeona de Europa.

El sueño se hace realidad

La locura se desató en el campo y a lo largo y ancho de la geografía española. Los jugadores eran el fiel reflejo de los aficionados celebrando la victoria, saltando, gritando e incluso manteando a Luis Aragonés, el artífice de este equipo. Todo el mundo estaba expectante por vivir el tan añorado momento de la entrega de la copa. Uno por uno fueron subiendo al palco todos los futbolistas para recoger sus medallas. Primero Alemania como subcampeona de Europa y después España, en la que se apreciaron dos detalles muy bonitos en forma de camisetas: Sergio Ramos recordó al fallecido Antonio Puerta y Palop le rindió un pequeño homenaje a Arconada luciendo la camiseta que éste llevó en la final de la Eurocopa de 1984.

Iker Casillas fue el último de los nuestros en subir a por su medalla. El portero, como capitán de la Selección, fue el encargado de recoger la copa y elevarla al cielo. Se hacía realidad así el sueño de todos los españoles. Que no vuelvan a pasar otros 44 años hasta que España sea otra vez CAMPEONA DE EUROPA…

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