Hemos reunido a algunos de los mejores cosplayers de nuestro país para
dar a conocer esta afición y desmentir sus mitos: “Esto es algo más que enseñar
un buen culo y unas tetas grandes. Se trata de rendir un homenaje a tus
personajes favoritos”.
Expomanga, ComicCon,
E3… Toda buena feria que se precie debe tener juegos, objetos de
merchandising y gente disfrazada. Sobre todo no pueden faltar estos últimos
porque normalmente son los que le dan la nota de color. Pero detrás de esos
recargados y exuberantes trajes hay muchas horas de duro trabajo y unas
personas que adoran convertirse en sus personajes favoritos por unos instantes.
Estamos hablando, por su puesto, de los amantes del cosplay.
El término surge de la unión de las palabras ‘costume’ (disfraz) y ‘play’ (jugar). Y realmente es lo que
los cosplayers hacen: jugar a ser otros a través de una vestimenta determinada.
Como casi todas las modas más excéntricas, su procedencia es de Japón. ¿O es que acaso no os suena
haber visto a las típicas asiáticas vestidas de Chun-Li?
Lo que empezó siendo una tradición en ferias orientales de anime, manga y videojuegos pronto se trasladó a todo el mundo hasta haberse
convertido en una parte importante de todos estos eventos. Importante y
polémica porque recordamos que la organización del E3 prohibió durante algunas
ediciones que hubiera modelos disfrazadas
(al fin y al cabo ellas también eran cosplayers).
En AlfaBetaJuega queremos rendirle un homenaje a esta afición que cada vez tiene más adeptos, así que
hemos reunido a algunos de los mejores cosplayers de nuestro país para que nos
cuenten sus experiencias y nos ayuden a descubrir mejor este arte.
Cada uno es de una parte de España, cada uno tiene una profesión
distinta (hay estudiantes, terapeutas ocupacionales, informáticos, profesores,
fresadores…), sus aficiones son diferentes, pero todos tienen algo en común:
sus vidas no se organizan en base al calendario habitual, sino que las fechas
señaladas en rojo coinciden con acontecimientos como el Japan Weekend o el Salón del
Manga. ¿Porque les gustan los cómics? No. ¡Porque les encanta disfrazarse!
La casualidad fue
el detonante de que muchos de nuestros protagonistas empezaran a aficionarse al
cosplay. “Una amiga mía me dijo que iba a ir ‘de cosplay’ a una feria y yo no
sabía a qué se refería, así que le pregunté a Google y rápidamente me entusiasmó la idea”, explica Yurai (valenciana, 24 años). “Me dijeron que si íbamos al Salón del Manga disfrazadas
entrábamos gratis, te hacían muchas
fotos y lo pasabas tan bien que no te ibas a arrepentir”, señala Thelema Therion (leonesa, 24 años). “¡Lo que más me gustó es que podías ir
disfrazada de tu personaje favorito sin que te mirasen mal!”, agrega Virchan Puu (madrileña, 27 años). “Yo pensé que nunca me iba a atrever a hacer algo así… y
mírame, ya tengo 24 cosplays
hechos”, reconoce Sumyuna (madrileña, 25 años).
Pero no todos empezaron en esto por culpa del destino. Hubo
gente, como Nebulaluben (madrileña,
25 años), que encontró en el cosplay un beneficio
para su salud. “Estaba pasando una época mala por problemas familiares y sufría
de crisis de ansiedad. El doctor me
recomendó buscar una actividad absorbente para mantenerme ocupada y yo me
decidí por el cosplay. Soy una persona muy creativa
y también tenía una máquina de coser que había utilizado poco, así que a partir
de ahí empecé a sacarle provecho”.
Hasta ahora sólo habéis leído a las chicas. Pero los hombres también tienen mucho que decir
en este tema aunque pueda parecer que normalmente quedan en un segundo plano.
“El cosplay no tiene sexo. Creo que nosotros somos un poco más vagos y nos da vergüenza eso de coser, pero
afortunadamente cada vez hay más chicos en este mundo”, sostiene Zihark (madrileño, 19 años). “Hay muchos cosplayers con buenos trajes, aunque creo que
ellas se lo trabajan mejor. A pesar de todo, el público reconoce una buena
vestimenta independientemente de quién lo lleve”, añade Nair (valenciano, 23 años). “Pienso que los principales consumidores de este tipo de
ocio son hombres, de ahí que las mujeres triunfen más. Pero no creo que haya un
desprecio hacia nosotros, sino un aprecio hacia ellas”, puntualiza Erikku-Kun (madrileño,
27 años).
Aquí es donde salta a la palestra una de las controversias
principales. ¿Qué prima más: un buen cosplay o enseñar carne? “Tener un cuerpo vistoso ayuda, es algo que no se
puede negar, pero decir que tienes éxito
en internet sólo por unas tetas o un culo es una falacia”, argumenta Thelema Therion. “El problema viene cuando una
cosplayer está de buen ver, cose muy bien y sólo recibe piropos por sus atributos femeninos. ¡Tiene que ser frustrante!”, reflexiona Nebulaluen.
Por su parte, Yurai lo tiene claro: “Muchos cosplays son de iconos y musas del público masculino, por eso
las chicas destacan más cuando se visten así. Pero no nos equivoquemos: se
fijan más en ellas porque llaman más la atención, no porque lleven buenos
trajes. Estar buena no significa tener el mejor cosplay. Si tu traje es mediocre tú también lo eres”.
Durante todo el texto ha sobrevolado una idea: lo más
importante del cosplay es el traje.
Pero, ¿cómo se elaboran? ¿Es fácil encontrar todo lo necesario para
confeccionarlo? ¿Cómo surge la idea de disfrazarse de determinado personaje? ¿Qué
es lo más importante a tener en cuenta durante todo el proceso? Ellos mismos nos lo explican.
Todo empieza con la elección
del personaje a recrear. “Siempre procuro que sean de juegos que he jugado,
pero también me gusta ponerme retos
creativos y ver si soy capaz de crear determinado vestuario”, señala
Nebulaluben. “A veces me decanto por uno u otro dependiendo de mi afinidad con el personaje. Otras veces
simplemente siento que debo rendirle un homenaje
a la saga”, añade Thelema Therion. También hay quien los busca acordes con su aspecto físico, como Erikku-Kun, aunque
Zihark sostiene que “por mucho que adores a un personaje lo que estás
trabajando un diseño. Si éste es
horrible, lo seguirá siendo independientemente de tus gustos”.
Una vez seleccionado el sujeto, llega la labor de investigación: buscar fotografías,
ilustraciones, diseños conceptuales, ‘fan arts’… Cuanto más material mejor
porque hay que tener una perspectiva del personaje desde todos los ángulos para
poder apreciar cualquier mínimo detalle. “Y estudiar su personalidad e historia para tratar de comprender sus
comportamientos”, apuntan.
Hecho esto, hay que hacer la lista de la compra: telas, pelucas, lentillas, pistolas,
maquillaje, complementos… Todo el material que nos podamos imaginar y mucho
más. Quizás sea ésta una de las partes más importantes. No sólo porque hay que
recorrerse la ciudad entera e internet buscando los objetos necesarios, sino
porque muchos directamente no existen y habrá que fabricarlos artesanalmente.
“No hace falta ser ‘un manitas’.
Es cierto que ayuda tener ciertas habilidades, pero con perseverancia y
voluntad se puede conseguir cualquier cosa. Es cuestión de echarle imaginación
y de saber reciclar las cosas”, comentan. “Además, seguramente en YouTube haya tutoriales que te explican
paso a paso cómo hacer lo que necesitas”.
Momento delicado es el de dibujar los patrones de las piezas (“si sale mal, el traje saldrá mal”) y
trasladarlos al material elegido. “Hay que calcular todo muy bien antes de
ponerse a cortar para aprovecharlo al máximo. Es preferible quedarse largos que
no desperdiciar un trozo entero de
tela por haber medido mal”, recomienda Virchan Puu. Como dijimos antes, coser es lo que más puede costar a los
cosplayers masculinos. “Ellas lo suelen aprender desde pequeñas”, argumentan,
“pero lo compensamos haciendo nosotros los ‘props’
(accesorios como espadas, pistolas, cascos, armaduras…). La mayoría de las
veces el resultado final es producto de un trabajo
en equipo”.
La construcción de un cosplay completo puede llegar incluso
a durar varios meses. “Hay que
procurar planificarlo todo con tiempo, pero es inevitable meterte la paliza los
últimos días antes del evento. Eso sí, el momento en que te embutes en el traje
y te miras al espejo es indescriptible. ¡Un subidón!”, reconoce Nebulaluben.
Un cosplay suele costar de media entre 100 y 200 euros, aunque todo depende de su complejidad (hay casos
de algunos que han alcanzado los 2.000 euros). De ahí la importancia de establecer
una serie de prioridades a la hora
de hacer un presupuesto. Eso supone sacrificar ese dinero de otros caprichos. Pero
no sólo se invierte dinero, también mucho tiempo
que normalmente suele recortarse de ver a la familia, amigos y parejas, de
salidas nocturnas o de otras aficiones. Aunque todo tiene su recompensa.
Gracias al cosplay se ha forjado algún que otro amor, más de uno ha conocido a sus ídolos y, por supuesto, “la satisfacción personal de ver tu trabajo
finalizado y el reconocimiento de la
gente al pedirte una fotografía y al felicitarte”.
“Hacer cosplay es
como crear tu propio merchandising, así que es como tener siempre juguetes nuevos”, indica Erikku-Kun. “Las
habilidades adquiridas me han servido para aplicarlas a mi vida. Por ejemplo, a
la hora de maquillarme”, agrega
Sumyuna. “Yo destacaría por encima de todo los amigos que he hecho. A muchos sólo los veo por Facebook y una o dos veces al año en los eventos, pero por ellos daría
un brazo”, sentencia Nair. “Siempre es bueno contar con alguien para compartir
los nervios antes de salir al
escenario. Porque da igual las veces que salgas, ¡siempre estás nerviosa!”,
añade Virchan Puu.
Los escenarios de las ferias normalmente son un hervidero de
cosplayers, ya sea para hacer representaciones o para los concursos. Porque nuestros protagonistas han participado en muchos
e incluso han tenido la oportunidad de viajar al extranjero representando a
nuestro país. Sumuyuna estuvo en París
en 2011 en el European Cosplay Gathering.
“Fue un orgullo formar parte de la primera edición junto a Sae y Jasone. Es una
experiencia muy bonita porque nos juntamos cosplayers de otros países con los
que hicimos buenas migas. Además, el evento es mucho más grande que los que se
celebran en España y tuve la oportunidad de saltar al mejor escenario que nunca
había visto”.
Otros que verán mundo gracias al cosplay son Nair y Yurai,
seleccionados como representantes españoles en el prestigioso World Cosplay Summit que se celebrará
en Japón el mes que viene. “Nos hace
mucha ilusión porque hemos luchado para clasificarnos durante mucho tiempo. Se
siente presión porque hay que dar lo
mejor para competir con gente de otros diecinueve países, pero seguro que lo
pasaremos genial y la experiencia merecerá la pena”.
De todos estos concursos podéis ver numerosas fotografías indagando un poco en
internet. Fotografías que están empezando a ser muy importantes a la hora de confeccionar
un cosplay. No sólo es lucirlo por los pasillos de la feria un determinado día,
también es primordial dejarlos retratados para la posteridad. “En los últimos
tiempos ha crecido el interés por hacerse una sesión profesional, sobre todo de cara a su difusión a través de
internet”, explica el fotógrafo Hidrico (barcelonés, 25 años).
Sumyuna lo considera “la culminación de todo buen cosplay y la manera de que llegue a gente
de todo el mundo”, mientras que para Thelema Therion es “un paso obligado” para contrarrestar el
deterioro que sufrirán los vestidos con el paso del tiempo. “Estás meses
trabajando en él para ponértelo sólo una vez. Deben quedarte fotografías que lo
inmortalicen para luego enseñárselas a la gente y poder verlas tú”.
“Un cosplay luce más
con unas imágenes profesionales, bien iluminadas
y realizadas en un escenario que se parezca lo máximo posible al juego”,
argumenta Zirhak, que se muestra a favor del retoque digital “siempre y cuando no se alteren ni las facciones
del rostro ni el cosplay en sí”. Virchan Puu opina igual porque muchas veces
“puedes acabar pareciendo otra persona” y a Nebulaluben los excesos le parece
que “manipulan mi trabajo”.
Hidrico también es partidario de no retocar las partes
importantes de un cosplay. “Pero sí utilizar el PhotoShop de forma creativa para recrear la estética y los mundos
del juego. Uno de los atractivos de la fotografía de cosplay es conseguir que
la imagen parezca sacada de una escena del videojuego”.
Y ya que hablamos de fotografías, qué mejor forma de
terminar que con una selección de los mejores materiales de los verdaderos protagonistas de este reportaje: los
cosplayers.
Esperamos que os hayamos ayudado a comprender mejor esta disciplina
tan artística. ¡A partir de ahora confiamos en que os fijéis más en los detalles de los cosplayers con los que
os crucéis en las ferias!
Fotografías por
cortesía de Hidrico Photography, José Manchado, Jesús Clares, Taichia Photo, Giuseppe Photo y
AOJ.
**Publicado en AlfaBetaJuega el 06-07-13**
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