17 de mayo de 2013

¡Que viva internet!

Esta mañana escuché un sonido extraño en mi móvil: acababa de recibir un SMS. Era publicidad, sí, porque los únicos que se resisten a abandonar el envío de los mensajes tradicionales son las compañías para avisar de sus últimas promociones. Pero leyendo el SMS me enteré de que hoy se celebraba el Día Mundial de Internet. Internet… Esa gran herramienta que ha transformado nuestras vidas hasta el punto de que muchos no sabríamos cómo vivir sin ella 

Será porque el día acompaña, pero a mí me ha dado por ponerme nostálgico y echar la vista atrás en el tiempo. ¿Cómo fue mi primera vez con internet en lo que a videojuegos se refiere? Recuerdo que era un 14 de septiembre y no sé de qué manera me vi en casa con una flamante DreamCast en mis manos. Con la ayuda de mi padre tuvimos que poner mi casa patas arriba para conectarla, pero al final lo conseguimos e inmediatamente se mostró ante mis ojos: la gran red. 

El ChuChu Rocket! fue el encargado de estrenar mi nueva consola. El título del Sonic Team no se caracterizaba por sus grandes gráficos ni por su adictiva historia, sino por ser el primero en permitirnos jugar online. La tantas veces nombrada globalización había llegado a los videojuegos.

Esto nos abrió un mundo de posibilidades. El número de jugadores se amplió hasta prácticamente el infinito. Y eso significó que podías medir fuerza con quien quisieras, estuviera en tu pueblo o en la otra parte del globo terráqueo. Aunque eso nos hizo percatarnos de la realidad y demostrarnos que no éramos los mejores de Street Fighter. ¿O acaso alguien no se ha visto humillado en un combate por un ‘japo’ que ni siquiera nos dejó lanzar una patada?

Pero no todo fue negativo. Con el paso del tiempo conseguimos pasar la tarde enganchados al FIFA sin necesidad de hacer una quedada con los amigos en casa de alguien. A partir de ese momento sólo haría falta concretar una hora y ponerse a jugar sin necesidad de movernos del sofá (y sin que la despensa se viera arrasada por un grupo de adolescentes hambrientos. De nada, mamá). Y qué decir de las demos, que ya no hace falta conseguir en los kioscos junto con las revistas; de los contenidos descargables, esos que (por un módico precio) nos permiten disfrutar durante más horas de nuestros personajes favoritos; o de las innumerables aplicaciones que convierten nuestra consola en un centro multimedia. 

Resumiendo, internet ha supuesto un gran cambio a la hora de consumir videojuegos. Sólo hay que pensar en la forma que teníamos de jugar hace una década. Y seguramente la rueda no pare aquí porque las consolas de próxima generación parece que apostarán mayoritariamente por los contenidos digitales para ir dejando el mercado físico poco a poco en un segundo plano. Seguro que habrá quien piense eso de ‘cualquier tiempo pasado fue mejor’, pero yo no puedo esperar a conocer lo que internet nos deparará en el futuro. ¿En qué se convertirá nuestra consola? ¿Qué posibilidades se crearán a la hora de jugar?
¡Que viva interneeeeeeeeeeeeeeet!

**Publicado en AlfaBetaJuega el 17-05-13**

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