Aviso para navegantes: si os consideráis ‘believers’ y amáis a Justin Bieber por encima de todas las cosas, no sigáis leyendo este post, ya que puede herir vuestra sensibilidad. Eso sí, si lo odiáis con todas vuestras fuerzas, vais a disfrutar mucho con esto. El que avisa no es traidor…
Lo que estáis a punto de ver podríamos denominarlo como ‘puré de Justin Bieber’. Cualquiera puede hacer esta receta, aunque debido a su peligrosidad no recomendamos que lo intentéis en casa y sin supervisión de profesionales de la talla de Karlos Arguiñano.
Para llevar a cabo este ‘delicioso plato’ sólo necesitamos mucho odio hacia este chico y algunas de sus cosas como sus discos, su película y su figura de acción (su autobiografía se salva por ser demasiado grande). Y, cómo no, la herramienta estrella de esta receta: una licuadora.
El procedimiento a seguir es bien sencillo: mezclamos todo y ponemos en marcha las cuchillas. Para ver el resultado tienes dos opciones: experimentarlo… ¡o darle al play!
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