“Señores, abandono Naughty
Dog”. Esta frase se ha escuchado demasiadas veces en el departamento de
recursos humanos de la compañía durante las últimas semanas. Y decimos
demasiadas porque las salidas que se están registrando en uno de los estudios
más importantes de Sony se están
convirtiendo en una plaga. Casi no pasa una semana sin que os ofrezcamos una noticia
que hable de la marcha de uno de sus empleados. El último ha sido Michael Knowland, diseñador principal
de los personajes de The Last of Us, pero antes fueron Nate Wells, Justin Richmond y Amy Henning los que saltaron del barco.
Que en una empresa tan importante como Naughty Dog haya un
continuo flujo de salidas y entradas de personal es algo normal. El problema
viene cuando estos trabajadores son piezas
clave de un estudio que, recordemos,
actualmente tiene entre manos el nuevo Uncharted
para PlayStation 4 y probablemente
otro juego aún por desvelar (recordemos que en su organigrama hay dos equipos
que se encargan cada uno de desarrollos distintos).
La franquicia protagonizada por Nathan Drake es uno de los estandartes de Sony y una de las
principales culpables de colocar a PlayStation
3 en el lugar de privilegio del que goza actualmente. Por eso se espera
mucho de su salto a la nueva generación de consolas y por eso los millones de
seguidores de la saga ven con inquietud la pérdida de su máximo responsable, de su guionista
y de su director artístico en tan
corto periodo de tiempo.
Hay mucho secretismo sobre estas tres bajas. Los rumores
hablan de que Bruce Straley y Neil Druckmann, otros dos de los
creativos más importantes de Naughty Dog, podrían ser la razón de los problemas
que habrían provocado estas marchas en su afán de hacerse con el control creativo
de Uncharted y, aunque los jefes del estudio lo han negado, yo creo que ‘cuando el río suena, agua lleva’.
No me atrevo a aventurarme si las causas se deben más a un
hipotético mal ambiente en las oficinas, a discrepancias en las labores
creativas, por acomodamiento después de tantos éxitos o simplemente porque
Wells (ahora en Giant Sparrow),
Henning (Visceral Games) y Richmond (Riot Games) necesitaban cambiar de aires
en busca de nuevos retos, lo único que es seguro es que el futuro de Uncharted
no me arroja más que dudas. Porque, ¿se mantendrán las bases sobre las que nació el proyecto? ¿Modificará su rumbo para
recorrer un camino distinto al marcado? ¿Quién ocupa ahora el cargo de director
del juego? ¿Quién toma las decisiones? ¿Por qué nadie da un paso al frente para
explicar la situación?
Lamentablemente son muchas las preguntas que no encuentran respuesta. Especulaciones aparte, desde
Sony se han encargado de repetir por activa y por pasiva que no pasa nada, que la
hoja de ruta se mantiene según lo
previsto. Pero, ¿en qué lugar queda ahora el próximo Uncharted? ¿Afectarán estas
salidas a la calidad de un título
llamado a ser importante para las ventas y el prestigio de PlayStation 4? ¿Se terminará retrasando su lanzamiento? Quizá en el E3 2014 salgamos de dudas…
**Publicado en AlfaBetaJuega el 01-05-14**
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