349 semanas en lo más alto del ranking ATP, lo que equivale a 6 años y 8 meses, 235 títulos en el circuito profesional, 30 de ellos en torneos del Grand Slam y 9 entorchados en Copa Davis. Estas impresionantes cifras las reúnen entre los seis tenistas que se juntaron durante los días 28, 29 y 30 de marzo en la capital de España. Seis grandes del tenis que ahora dedican su tiempo a jugar torneos de veteranos para el deleite del público, que acude a los pabellones para disfrutar en vivo de esos jugadores a los que no tuvo la oportunidad de ver cuando eran profesionales.
El paso del tiempo sólo ha hecho mella en el aspecto físico de los tenistas. Por lo demás, siguen siendo los mismos que dominaron el circuito ATP hace unos años. Así, el clásico estilo de juego de Jim Courier, las impresionantes voleas de Boris Becker o la clase de Bjön Borg siguen causando furor entre los espectadores. Aunque a decir verdad, lo que más le gusta al público es ver al siempre malhumorado John McEnroe destrozando raquetas contra el suelo o protestando las decisiones arbitrales.
El show que se montó en el Palacio de los Deportes fue brillante. Ya no sólo por ver a tanta leyenda junta, sino porque ofrecieron un espectáculo digno de Grand Slam. Se vio tenis de grandes quilates y se reeditaron partidos míticos de la historia del tenis, como el que cerró el torneo. Sergi Bruguera y Jim Courier “regresaron al pasado” jugando la misma final que en Roland Garros en el año 1993. Al igual que entonces, el español se impuso al estadounidense en un partido disputadísimo. Si en aquella ocasión el encuentro se decidió en cinco sets, en ésta lo fue en tres. Después de dos mangas en las que ambos mantuvieron su servicio y que sólo se pudo decidir con sendos tie-break (primer set para Courier y segundo para Bruguera), el súper tie-break decidió el campeón. Sergi Bruguera lo empezó más entonado y consiguió una ventaja que le valió para finiquitar el partido. 10-4 en el marcador del tercer set y la segunda edición del Masters Senior y el gran oso rojo del trofeo fueron a parar a sus manos.
Ambiente festivo
Los seis tenistas (más Pato Clavet, que tuvo que sustituir al lesionado Boris Becker en la final de consolación ante John McEnroe) se fueron muy contentos con el torneo y expresaron su deseo de poder volver en otra ocasión. El público respondió muy bien y prueba de ello fue el aspecto que presentaron las gradas del Palacio de Deportes durante los tres días. Éxito de tenis, de organización y de público. No se le puede pedir más a un torneo de este tipo.