2 de febrero de 2013

Aprender la historia de los videojuegos nunca fue tan divertido

¿Cuál fue el origen de Tetris? ¿Por qué Resident Evil le debe tanto a Disney? ¿Es Miyamoto un creativo con suerte? Te contamos algunas de las anécdotas más graciosas que han sucedido en este mundo desde la creación de Pong.

A muy pocos os sonará el nombre de Nolan Bushnell, pero debéis saber que sin él probablemente el mundo de los videojuegos no sería tal y como lo conocemos hoy en día. Más que nada porque él fue el responsable de fundar Atari, empresa que ha desaparecido recientemente, y de crear el que es considerado el primer juego del mundo: el Pong.
 
Corría noviembre de 1972 y el planeta Tierra todavía permanecía ajeno a lo que estaba por venir. Desde aquel día hasta hoy se han sucedido numerosos acontecimientos, algunos más importantes, otros más llamativos, pero todos vitales, ya que en su conjunto han formado la historia de nuestra afición favorita.

En AlfaBetaJuega nos hemos montado en el Delorean para hacer un viaje a lo largo de estos más de 40 años y traeros algunos de esos detalles curiosos que se han sucedido en este tiempo y que puede que os hagan entender mejor este sector que tanto nos gusta.

¿Nos acompañáis?

Adictos al dominó

Probablemente Tetris sea el juego más adictivo al que hayamos jugado nunca, ¿pero de dónde surgió? De algo tan inocente como un dominó que sus compañeros de la Academia de las Ciencias de Moscú le regalaron a Alekséi Pázhitnov

Aunque el éxito del título tardó bastante tiempo en repercutir en la vida de informático ruso. La distribución inicial por las distintas plataformas fue tan caótica que Richard Stein, un empresario inglés, decidió adueñarse de Tetris y venderlo por su cuenta. No fue hasta diez años después de su creación, una vez que Pázhitnov se fue a vivir a Estados Unidos, cuando se le fueron reconocidos sus derechos de autor y pudo reclamar los beneficios que se habían generado.

Un huevo de pascua ‘por huevos’

Hoy en día es muy habitual encontrar guiños y homenajes dentro de los juegos, pero a finales de los años 70 era algo que todavía estaba por inventarse. Fue Warren Robinett el precursor de los conocidos como huevos de pascua (easter egg), aunque sus orígenes tienen mucho que ver con el reconocimiento del trabajo en la sombra de los desarrolladores.

Atari decidió no incluir el nombre de los que diseñaron Adventure en los créditos del juego, algo que no le sentó muy bien a uno de ellos y que decidió tomarse la justicia por su mano: lo escondió en uno de los niveles sin decir nada a nadie. Apenas un píxel en una pantalla del que al pasar por encima surgía una imagen en la que se leía “Created by Warren Robinett”. No fue descubierto hasta meses después de su lanzamiento con todas las copias en el mercado. La venganza se sirve en plato frío.

 
Haciendo videojuegos a la hora de cenar

Allá por 1980 Toru Iwatami le daba vueltas a la cabeza para crear un videojuego para atraer al público femenino, por aquel entonces algo escéptico con este mundo. La bombilla se le encendió en el momento más inesperado: cenando. Y es que una pizza cuatro quesos le sirvió de inspiración para crear Pac-Man, el personaje que busca ‘comer para no ser comido’. 

Para nuestro circular y amarillo amigo se eligió el nombre de Puck-Man (algo así como el hombre rueda), pero en Estados Unidos se negaron a distribuir el juego con ese nombre para evitar malentendidos, por lo que al final tuvo que ser rebautizado tal cambiando una de sus letras.

 
El creativo que vive en un castillo de videojuego

En el mundo de los videojuegos hay todo tipo de personaje excéntricos, pero sin duda Richard Garriott se lleva la palma. El creador de la saga Ultima tiene unos gustos bastante peculiares. No en vano vive en un castillo de 25 millones de dólares que él mismo mandó construir y del que dicen que cuenta con numerosos pasadizos secretos.

Pero ahí no acaban las peculiaridades de Lord British, como así se le conoce a Garriot. También ha participado en varias expediciones a la Antártida y a las profundidades marinas y colecciona objetos tan poco habituales como vehículos lunares (su padre fue astronauta).

Miyamoto, alias ‘el enchufado’

Shigeru Miyamoto es actualmente una de las mentes más privilegiadas del mundo de los videojuegos. Recientemente ha sido galardonado con el Premio Príncipe de Asturias y no hay nadie que dude de su importancia. Hasta llegar hasta aquí ha trabajado muy duro, pero también tuvo algo de suerte. ¿Sabéis cómo entró a trabajar en Nintendo? ¡Por enchufe!

El padre del diseñador japonés era amigo de Hiroshi Yamauchi, por aquel entonces máximo responsable de la compañía, con quien concertó una cita para presentárselo. Yamauchi se quedó tan impresionado que rápidamente le convirtió en director artístico.
 
Aunque también hay otro hecho importante para entender la historia de Miyamoto. Cuando era pequeño encontró un gran agujero en un descampado próximo a su casa. Después de varios días de dudas se decidió a explorarlo (no sin algo de miedo) y en él descubrió una gruta con miles de secretos. Aquella aventura fue fundamental para el posterior nacimiento de franquicias como The Legend of Zelda o Pikmin.

El primer trabajo de Mario

Uno de los primeros encargos del joven Miyamoto fue desarrollar un juego protagonizado por Popeye con el que Nintendo pretendía entrar de lleno en el mercado arcade norteamericano, pero la compañía perdió los derechos de la licencia antes de lanzarlo y hubo que improvisar algo. 

Se cambió al marinero por un carpintero que sería bautizado como Jumpman y al que vistió con un peto azul y una gorra roja casi por cuestión del azar. Su objetivo era salvar a su novia de las garras de un gorila gigante (Donkey Kong), algo que tuvo gusto mucho al público, tanto que posteriormente se publicaron varias secuelas. 

Por el camino Jumpman fue rebautizado como Mario debido al parecido de uno de los trabajadores de los almacenes de Nintendo (Mario Segali) con el personaje e incluso de oficio, ya que a Miyamoto le convencieron de que tenía más pinta de fontanero que de carpintero.

Samus Aran: ¿Hombre o mujer?

Los que se acercan por primera vez a la saga Metroid siempre se encuentran con una gran incógnita: ¿Samus Aran es un hombre o una mujer? No es nada fácil discernirlo, ya que la protagonista (porque sí, es una chica) siempre lleva puesto su traje y éste no deja apreciar ningún rasgo de feminidad. Pero en la entrega original había un pequeño truco que resolvía la duda, aunque había que sudar tinta china para dar con él.

Los que consiguieran superar la aventura, ya de por sí difícil, en menos de una hora tenían acceso a un regalo: descubrir el aspecto de Samus Aran, pero no sólo eso, sino verla en bikini.  El esfuerzo merecía la pena, si bien también existía una pequeña ayudita en forma de código (Justin Bailey) que desbloqueaba todas las armas y objetos del juego y hacía la labor más asequible. Este atajo también tuvo su miga: la leyenda contaba que el nombre pertenecía a uno de los diseñadores o a algún usuario que había conseguido pasarse Metroid en tiempo récord. Nada más lejos de la realidad: sus responsables escogieron esa contraseña al azar de entre otras que figuraban en un listado.

Grand Theft Auto, unas tomas no tan falsas y la eterna polémica 

Rockstar lanzó dos capítulos antes de que Grand Theft Auto se convirtiera en lo que es hoy: una de las sagas más importantes de la historia. El cambio a la tercera dimensión fue el complemento ideal para este título gamberro en el que podíamos sentirnos como los ‘malotes’ de la ciudad.

Asesinatos, robos, tiroteos, persecuciones policiales… Todos los delitos imaginables estaban en el título, que incluso nos ofrecía la posibilidad de tomarnos un respiro en los prostíbulos. Una de estas escenas en las que podíamos disfrutar de los placeres más carnales con unas señoritas fue descartada por el estudio en Vice City, pero unos hackers las encontraron  y modificaron el juego original para restituirlas. La polémica, que siempre ha rodeado a la franquicia, no se hizo esperar…

Residente Evil nació en Disneyland

El joven Shinji Mikami trabajaba para Disney. En sus manos estaba una versión para Super Nintendo de Aladín, pero la factoría decidió rechazarla para apostar por la de Mega Drive. Fue la gota que colmó el vaso: al diseñador nunca le había entusiasmado su trabajo, prefería dedicar su tiempo a ver películas de zombis de los años 60.

Pero justo antes de abandonar Disney recibió un último encargo: suavizar el sangriento Sweet Home. Fue éste el título que sirvió de inspiración para su próximo y ambicioso proyecto: Resident Evil. Aunque para crear lo que posteriormente se convirtió en el precursor del género del survival-horror tuvo que luchar mucho y hasta empezar el desarrollo de cero, pues Capcom no le dio muchas facilidades. Pero el esfuerzo, visto el resultado final, mereció la pena.

Además de las que acabáis de leer, ha habido miles y miles de curiosidades a lo largo de la historia. Si queréis descubrir algunas más os recomendamos leer el libro ‘Videojuegos: Una nueva forma de cultura’ de Vincent Montagnana, obra que ha servido de inspiración para elaborar este reportaje.

**Publicado en AlfaBetaJuega el 02-02-13**

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