25 de julio de 2006

Distintas formas de vivir la Feria

Los días transcurren, los meses se suceden y dejan paso a años nuevos. Y es el paso del tiempo el que, doce meses después, nos vuelve a traer una nueva Feria a Manzanares, que volverá a ser el centro neurálgico de la provincia durante unos días.

FERCAM abrirá de nuevo sus puertas y los paseos Príncipe de Asturias se llenarán de atracciones, chiringuitos, tómbolas y varios miles de personas paseando y disfrutando del ambiente festivo. El silencio y la paz reinante en la zona durante todo el año dejará paso a unos días en los que el flujo de personas paseando por allí será incesante y en los que únicamente se escuchará, entre otras cosas, el sonido inconfundible de la bocina de “la Felisa”, intercalado con las risas y los llantos de los más pequeños, la voz del ya querido “hombre de la tómbola” (me pregunto cuál será el regalo estrella de este año en las tómbolas después de las minimotos del pasado), la música atronadora de los chiringuitos o los gritos de los estresados camareros a la barra pidiendo “una de calamares y dos cañas para la siete”.

Serán unos días muy intensos en mayor o menor medida para todo el mundo. De todas las personas que transitan por la Feria, podemos hacer una clasificación en función de cómo viven este tiempo. Por un lado, encontramos al “visitante clásico”, que es aquella persona que se levanta temprano para ir a dar una vuelta por FERCAM, como todos los años, y por la noche se dedica a dar un breve paseo para ver el ambiente y tomarse algo con algún amigo.

Por otra parte, encontramos a “la familia con hijos”. Este grupo no suele ir solo. Siempre acude a la Feria acompañado de otra u otras “familias con hijos”. Su Feria se centra en dar una vuelta por los “caballitos” con los niños para saciar sus ganas de montar en todas y cada una de las atracciones y sentarse en la terraza de un chiringuito a tomarse algo hasta que los niños se ponen pesados y tienen que dar por finalizada la noche. Dentro de este grupo existen muchas variantes. Las más comunes son la “familia con hijos hasta cierta hora”, que tras el respectivo paseo con los niños los acuestan y se van “al baile”, y la “familia con hijos, pero con abuelas”, que dejan a los niños en casa de los abuelos después de montarlos en los “caballitos” y se van en pareja para seguir disfrutando la noche con más libertad.

Sin duda alguna, la “especie” más particular es la que engloba a los jóvenes. Su Feria es “la otra Feria”. La mayoría de ellos transforman sus hábitos y costumbres durante estos días. Pasan de tener una vida normal a ser “animales nocturnos”. Viven la Feria intensamente, pero no “la Feria” de toda la vida, sino la que se desarrolla en el Calicanto y en las discotecas: la de los botellones y el cachondeo sin límites. “Pasan” de lo tradicional para centrarse en lo que les interesa. Para ellos, la Feria significa más que para cualquier persona. Son cinco días en los que su único objetivo es disfrutar de la noche como no lo hacen el resto del año. Muchos la esperan como agua de mayo durante doce meses y, cuando termina, la recuerdan con nostalgia hasta que llega la siguiente. El único problema que se deriva de este grupo es el de siempre: algunos (muchos según mi parecer) piensan que una buena fiesta siempre debe tener cantidades ingentes de alcohol. Y no es así ni mucho menos. No entiendo a la gente que necesita del alcohol para pasárselo bien. Esperemos que durante la Feria reine el civismo entre los jóvenes y sean responsables en el consumo de alcohol.

Lo único que la gente tiene que tener claro, entren dentro de una u otra de la clasificaciones antes hechas, es que hay que disfrutar al máximo de la Feria de una forma responsable. Únicamente son cinco días y para volver a disfrutar de esos cinco días hay que esperar otros trescientos sesenta y cinco. Y no es precisamente poco tiempo.

José Carlos Naranjo Sánchez-Maroto "JoCaN"

"Publicado en el especial FERCAM '06 de El Periódico del Común de La Mancha"

12 de julio de 2006

Porque la vida puede ser maravillosa


Ya no soy feliz. Ya no hay fútbol en la televisión todos los días. La vida puede ser maravillosa... pero ya no. El fútbol se toma unas vacaciones y nos deja sin nada que hacer.
El Mundial terminó el domingo con los italianos en lo más alto levantando ese codiciado trofeo de campeón del mundo. Pero no fue lo único destacable de este mes de fútbol. Hubo mil y una historias por contar. Unas nuevas, otras las de siempre. Pero muchas curiosidades que no merecen quedar en el olvido.

Zidane: un mito desmitificado.
Era su último Mundial. Su última aportación al mundo del fútbol. La última vez que podríamos disfrutar de su elegancia, de su clase inconfundible, de la suavidad con la que trata el balón. Pero defraudó a muchos. No jugó un gran torneo. Fue un espejimo de lo que estábamos acostumbrados a ver en noches como aquella en Glasgow cuando el Real Madrid ganó su novena Copa de Europa gracias a un golazo suyo. Se perdió un partido por sanción y dejó a su selección con diez en el gran día de la final, cuando el partido estaba en lo más emocionante y quedaba muy poco para conocer quién sería el ganador del Mundial. A falta de diez minutos para que terminara la prórroga y que los penaltis dictaran sentencia, al astro francés se le cruzaron los cables y embistió a Materazzi, como si de un toro ante un torero se tratase. La calva cabeza del francés impactó en el pecho del italiano provocando no sólo el dolor en el defensa, sino en más de uno que lo teníamos en un pedestal. Un jugador que es considerado uno de los mejores de la historia tiene que dar ejemplo y no puede tener incidentes de tal magnitud. La gravedad no viene del cabezazo de la final, sino de las contínuas "idas de olla" de Zidane a lo largo de su carrera: recuerdo una patada de kárate a Emerson en un Juventus-Deportivo de la Coruña en Champions, pisotones en el centro del campo sin venir a cuento, manotazos en la cara... Incluso en el día que iban a grabar una película sobre él lo expulsaron. No sé si lo hace por llamar la atención o porque se le cruza algún cable cada equis tiempo, pero Zidane no merece ser un ejemplo para las generaciones venideras. Es un crack del balón, uno de los mejores jugadores de fútbol que se han visto en años, pero su comportamiento deja mucho que desear y empaña todos los éxitos que ha ido consiguiendo a lo largo de su carrera. Ejemplo de su mal comportamiento es, por ejemplo, que no tuviera el valor de ir a recoger la medalla de subcampeón del mundo después del cabezazo, el mal trato que ha tenido con la prensa española o que tardara unos cuantos días en dar la cara tras el cabezazo. En fin, cada cual a lo suyo. Pero ojalá le quiten el "Balón de Oro" que le han dado (injustamente, según mi opinión).

La eterna decepción española.
"Este es el Mundial de España". ¿Cuántas veces hemos escuchado esa frase? Por lo menos una vez cada cuatro años, cuando la prensa se empeña en ilusionarnos. Nosotros, como auténticos burros, nos lo creemos y luego pasa lo que pasa. Decepción y para casa antes de tiempo. Todo el mundo hablaba del cruce de cuartos ante Brasil. Más después del partido contra Ucrania. Pero nadie sabía que antes de los cuartos iban los octavos de final y que Francia, por muy veterana que se presente, siempre es Francia. Siempre pecamos de "no saber competir" y perdemos cuando llega la hora de la verdad. Yo me pregunto: ¿algún día haremos algo en un Mundial o en una Eurocopa? Al paso que vamos... mucho me temo que no.
De todas formas, no me arrepiento de haber creído que "este era el año". El equipo que teníamos era muy bueno, el seleccionador me gustaba y el juego de la Selección enamoraba. El ambiente de la gente era muy bueno y así se demuestra con las masificaciones en la plaza de Colón durante los partidos de España.
Ganamos a Ucrania de forma contundentem ante Túnez demostramos que sabemos remontar partidos difíciles y contra Arabia Saudí, como jugaron los suplentes, no pudimos sacar conclusiones. Luego llegó "lo bueno" y fue cuando la vieja Francia nos dio un buen repaso y nos bajó de la nube. No tiramos a puerta en condiciones ninguna vez... y así no se gana un Mundial. Como dicen los más chistosos del lugar: "España es como el Atleti, impresiona en pretemporada (Ucrania), ilusiona en los torneos veraniegos (Túnez) y se lleva el chasco en la temporada (Francia)".

Italia: gana incluso abandonando su estilo de juego.
Llegaban al Mundial con muchas dudas. En los partidos preparatorios no enamoraban. Empezó el Mundial y seguían recibiendo muchas críticas por su juego. Pero siempre iban ganando. Casi sin hacer nada y con la suerte que les caracteriza (pasaron a cuartos de final gracias a un penalti casi injusto en el último minuto en los octavos) se plantaron en la final. Incluso se permitieron el lujo de abandonar su estilo defensivo de juego en semifinales para dar un recital ofensivo y ofrecer un juego vistoso. Increíble para ser Italia.
Por eso quiero ser italiano. Siempre hacen algo, ya sea Mundial o Eurocopa. Siempre dan la cara. Aún estando inmersos en un juicio por escándalos arbitrales, con sus jugadores abandonando la concentración para declarar, se han logrado reponer y conseguir alzarse con el trofeo. Hasta Gattuso, ese gran "destructor" de juego y de piernas, ha logrado enamorar a la gente. Y lo más sorprendente es que ni Totti, ni Pirlo, dos de los pilares de la selección italiana, han logrado brillar. Pero Italia es mucha Italia y tiene a otros grandes jugadores como Buffon, Cannavaro o Zambrotta que están muy capacitados para sacar asumir la responsabilidad en cualquiero momento. Han sido los justos vencedores. ¡Viva Italia!

Andrés Montes, ese gran narrador... de baloncesto.
Es una cosa que no he entendido ni entenderé nunca. ¿Por qué metieron a Andrés Montes a narrar partidos de fútbol? ¿Acaso no sabían que comentaba baloncesto a la forma americana? ¡El fútbol es distinto del baloncesto!
Me era imposible terminar los partidos. Y no era por el mal juego ni por el tostón. Era por el narrador. ¡Me ponía nervioso! No daba ni un respiro. Todo el rato hablando (más bien voceando), poniendo motes tontos a todo lo que se movía, sin tener ni idea de fútbol (todavía recuerdo el día que tardaron, diciendo frases incoherentes (sandías, en vez de melones cuando se refería a balones mal dirigidos)... Un desastre.
Hay que dar gracias a la Sexta por el gran despliegue de medios que han hecho durante el Mundial y por dar todos los partidos (en ocasiones, hasta cuatro veces el mismo), pero hay que echales la bronca con los comentaristas. Algunos estaban bien, pero Montes... Es como si, ahora que también van a dar el Mundial de Basket, ponen a José Ángel de la Casa a comentar los partidos. Ilógico. La única duda que tengo es sobre Julio Salinas. Se ha soltado demasiado con Andrés Montes. ¿Cómo será cuando vuelva al ritmo cansino de José Ángel de la Casa?

Como he dicho antes, el fútbol nos ha abandonado hasta la próxima temporada. Ahora tenemos un tiempo de reflexión y de aburrimiento. Hasta que llegue el momento en el que el balón vuelva a rodar de nuevo, nos queda rememorar los éxitos del Sevilla y del Barça, ya que nuestra Selección todavía no nos da alegrías, y ver cómo disfrutan los italianos del triunfo mientra la envidia (sana, eso sí) se apodera de nuestro cuerpo mientras pensamos si un día llegaremos a estar allí...
Porque la vida puede ser maravillosa... pero ahora mismo no. Te necesito, fútbol.