29 de marzo de 2009

La casa más encantada de Madrid en 'Milenio 3'

La tripulación de la nave del misterio, con Iker Jiménez al frente, abre las puertas de la casa más encantada de Madrid: la Casa de las Siete Chimeneas

Iker Jiménez recibe en el estudio la visita de Mari Pau Domínguez, autora del libro La Casa de los Siete Pecados, para hablar de la leyenda de la casa más encantada de Madrid: la Casa de las Siete Chimeneas, edificio que actualmente alberga el Ministerio de Cultura.

Existen versiones contradictorias acerca de esta leyenda, pero una de ellas cuenta que los orígenes de esta casa se remontan al rey Felipe II. La mandó construir como morada para Elena, su amante, a la que casó con un capitán de los tercios de Flandes llamado Zapata. Felipe II la adornó con las siete chimeneas como símbolo de los siete pecados capitales. En la boda de Elena con el capitán el rey regaló a los cónyuges siete arras en vez de trece como es tradición. Fue un acto simbólico para que si en algún momento la voluntad de ambos flaqueaban fueran protegidos de los siete pecados capitales.

Bella dama vestida de blanco

En la casa habita un fantasma, cuya última aparición data de finales del siglo XIX. Madrid vería este fantasma desde el momento en que Elena Zapata aparece muerta en su alcoba y el cadáver desaparece repentinamente antes de ser enterrado. Poco después, se dice, comenzó a aparecerse una bella dama vestida de blanco caminando con pesar por los tejados de la Casa de Las Siete Chimeneas con una antorcha en su mano hasta el mismo borde del tejado, donde se arrodillaba y tras golpearse el pecho con su puño desaparecía

Como sucede en muchas historias similares a ésta, una remodelación en la Casa de las Siete Chimeneas rompe la calma. Se desentierra un esqueleto de una mujer junto a varias monedas de oro, siete concretamente. ¿Casualidad?

Fotografía de fantasmas

No sólo hablamos de las apariciones del fantasma de Elena en la Casa de las Siete Chimeneas. En el 'Milenio 3' de esta noche también analizamos la fotografía ganadora del concurso "la fotografía de fantasmas más convincente del mundo".

La imagen en cuestión muestra una figura humana con traje de época en un ventanal en un castillo en Escocia, en el Reino Unido, en un momento en que el sitio se suponía vacío. Tomada en mayo de 2008, la foto refleja lo que parece una persona usando una gorguera, ese adorno que se colocaba en el cuello hace varios cientos de años, y observando tras los barrotes de una ventana en el Castillo de Tantallon, en Lothian del Este.

Lo curioso es que en el castillo no se utilizan maniquíes y sus guías no usan trajes de época. Tres expertos fotográficos confirmaron que la imagen no fue manipulada.

**Publicado en Cadenaser.com el 29-03-09**

22 de marzo de 2009

Justicia de ultratumba en 'Milenio 3'

Crimen ignorado, años de olvido, visiones en la noche, pesadillas, premoniciones... que revelaban una terrible verdad

En esta ocasión 'Milenio 3' nos ofrece la historia de una muerte del pasado cuyo recuerdo volvió siete u ocho años después de producirse. Una madre desesperada que no ha superado la muerte de su hija y a raíz de esto la decide contratar a un detective para investigar el caso.

De repente aparece en escena una señora ajena a esta historia. Tiene sueños recurrentes en los que ve a la mujer muerta ardiendo en las llamas y pidiendo auxilio. En la visión aparece claramente la casa que quedó reducida a cenizas. Gracias a la ayuda de esta señora el misterio se resuelve. Y ella deja de tener esos sueños...

Sacado de un sueño

Personas alejadas a los casos que aparecen en medio de una investigación. No quieren nada, simplemente ofrecen el dato clave, sacado de un sueño o una visión, que sirve para aclarar la trama. ¿Es posible que alguien pueda detectar la agonía de una persona que está pasándolo mal desde la distancia?

Los videntes juegan un papel importante

En muchos casos los videntes gozan de gran importancia. Ese don de algunas es de mucha ayuda para los investigadores policiales. Algunos videntes tienen facilidad para obtener alguna respuesta al llegar al lugar del crimen. Es por esta razón por la que, por ejemplo, la policía pidió la colaboración de varios videntes internacionales en la desaparición de Madeleine McCann.

**Publicado en Cadenaser.com el 22-03-09**

19 de marzo de 2009

"Papá, ¡éste no es mi Madrid!"

Mario entró por la puerta de su casa abatido y todavía con lágrimas en los ojos. Eran las tres y media de la madrugada y la sonrisa con la que se había levantado aquel día se había evaporado por completo.

Alfredo, el padre de Mario, había prometido a su hijo de ocho años llevarle a Liverpool, al mítico estadio de Anfield, si sacaba buenas notas en el colegio. Mario, ilusionado ante el que podía ser su primer viaje al extranjero y la primera vez que podía ver a “su” Madrid en directo, llevó a casa un sobresaliente, por lo que el objetivo estaba cumplido. Sólo restaba que el calendario marcase el 10 de marzo.

La espera se hizo interminable. Parecía que los días no pasaban en el calendario oficial del Real Madrid que Mario tenía colgado en su cuarto. Pero el día acabo llegando. A las siete en punto de la mañana el chico, vestido con su inmaculada camiseta blanca con el 7 y su nombre a la espalda, llegó al aeropuerto de la mano de su padre. Dos horas más tarde el avión despegó y con él los nervios de Mario comenzaron a aflorar. Durante el día sus ojos estuvieron bien abiertos, observando con curiosidad todo cuanto acontecía a su alrededor. Aunque su mente estaba puesta unas horas después, en el partido de por la noche. Le sonó a chino el nombre de “The Beatles” y sus inicios en aquel pub tan lúgubre llamado “The Cavern”. Increíblemente no protestó al comer “fish & chips” y eso que Mario odiaba el pescado. En su cabeza planeaba sólo una idea: que el árbitro pitase el inicio del encuentro para que Raúl, su ídolo, pudiera dar con sus goles el pase a los suyos a los cuartos de final de la Champions League.

El reloj situado en las inmediaciones de la mítica grada “The Kop” marcaba las siete y media. Todavía faltaba más de una hora para el comienzo del encuentro. Mario y su padre entraron a Anfield y buscaron sus asientos. Mario tenía curiosidad por asistir en directo los sentidos cánticos de la afición inglesa, esos que ponían la piel de gallina a todo el que los vivía en el estadio. Lo que Mario no imaginaba es que ese estruendo le iba a asustar tanto. Sonaron los primeros compases del “You’ll never walk alone” por megafonía y automáticamente cincuenta mil bufandas se levantaron al cielo londinense y otras tantas gargantas cantaron con una sola voz. “¿Qué deben estar sintiendo los jugadores?”, pensó el muchacho, que todavía agarraba con fuerza a su padre minutos después de escuchar el himno de Anfield.

Cuando el balón echó a rodar Alfredo se quedó ensimismado en su hijo. Mario estaba en una nube. Tenía los ojos abiertos como platos y una sonrisa de oreja a oreja. Por fin estaba viendo a “su” Madrid en directo. Pero pronto su sueño se transformó en pesadilla. El Liverpool se adueñó del partido borrando del campo a los blancos. El rostro de Mario se fue endureciendo hasta el punto de perder todo atisbo de felicidad al descanso. Los tres goles que encajó Casillas fueron como tres puñales que se clavaron en su corazón. El cuarto terminó por destrozarle. A raíz de él Mario perdió el interés por lo que sucedía en el césped. Lo único que hacía era preguntarse por qué su ídolo, el 7, era incapaz de meter algún gol.

Con el pitido final se desató la euforia entre la afición “red” mientras que dos mil seguidores del conjunto merengue agacharon la cabeza derrotados. Entre ellos Mario, que lloraba tan amargamente en la grada como lo hacía Casillas de camino al vestuario. No entendía lo que acababa de ocurrir y por eso le dijo a su padre una frase que le heló el corazón: “papá, ¡éste no es mi Madrid! Vámonos a casa…”.

15 de enero de 2009

Santiago Coca: “la influencia del periodista es muy superior a la que imaginamos”

Ni el síndrome post-vacacional de los allí presentes ni el frío invernal fueron impedimento para que Santiago Coca compartiera su sabiduría con los alumnos de la facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid el pasado 8 de enero del recién estrenado 2009. Esta “enciclopedia viviente”, un referente en cuanto al ámbito periodístico del deporte se refiere, habló de la vida, de deporte y de periodismo. Animó a sus pupilos a seguir adelante con sus ilusiones y también les advirtió de que en el futuro “pueden llegar a tener una influencia mayor de la que imaginan”.

Este doctor en Ciencias de la Información por la UCM (“vuelvo a casa”, indicó) sólo necesitó unos segundos para sentirse cómodo en lo alto de la tarima. No en vano Santiago Coca es también profesor de la Escuela Nacional de Entrenadores de Fútbol y por sus manos han pasado técnicos de la talla de Luis Aragonés, Pep Guardiola o Jorge Valdano, entre otros. Su facilidad de palabra y su don para la comunicación aparecieron en seguida y se mantuvieron durante la distendida charla que mantuvo con los estudiantes.

Lejos de comenzar su intervención pasando directamente al deporte, tema central de la asignatura en la que estaban matriculados sus oyentes, empezó hablando de la vida. Se declaró seguidor del filósofo francés Edgar Morin y de su Pensamiento Complejo. “Nada es simple”, sostiene esta teoría, “la simplicidad no es más que un disfraz de la pereza y la falta de esfuerzo”. El Pensamiento Complejo se sustenta en cuatro pilares básicos: el orden, el desorden, la relación y la organización. “La ecuación de la vida se extrae de la suma de estos cuatro factores”, apuntó Coca, quien inmediatamente llevó su elocución al tema deportivo.

El profesor de la Escuela Nacional de Entrenadores de Fútbol afirmó que no existe ‘el deporte’ en singular, sino que son ‘los deportes’, en plural. Esta complejidad se ha ido adquiriendo con el paso de los años y se puede observar en la evolución de los Juegos Olímpicos. Desde su nacimiento en Grecia, en los que sólo había una prueba, hasta estos últimos celebrados en Pekín han cambiado mucho. “Aquellas manifestaciones gestuales y deportivas de antes no las encontramos en la actualidad”, subrayó.

A continuación Santiago Coca se centró en el ámbito puramente periodístico del deporte. Explicó que los profesionales del periodismo deben dejar de lado sus sentimientos, sus aficiones y sus colores a la hora de llevar a cabo su profesión. “La verdadera labor del periodista es buscar la verdad y para ello lo correcto es documentarlo con datos, gráficos y estadísticas”.

En este punto de la conferencia mezcló el deporte con su perspectiva empresarial poniendo como ejemplo el seguimiento exhaustivo que se fue haciendo durante este verano, día tras día, del (frustrado) fichaje de Cristiano Ronaldo por el Real Madrid. “¿El fin justifica los medios?”, se preguntó Coca, “porque muchas veces la pureza del periodismo se ve coartada por los intereses comerciales de la empresa para la que trabajan los reporteros que cubren determinadas informaciones”. Así saltó a la palestra la publicidad, la principal sustentadora de los medios de comunicación. Es ella la que obliga a los ‘mass media’ como la televisión a modificar los horarios de los eventos deportivos. Todo con el objetivo de que las empresas informativas consigan más audiencia y más beneficios (EE.UU. impuso a la organización de los JJ.OO. de Pekín que sus deportistas compitieran al final de la jornada para que así se pudiera seguir en ‘prime-time’ en el país norteamericano).

Antes de dar por finalizada su charla con el correspondiente turno de preguntas, en el que salieron a colación temas tan de moda como la clave del éxito de Pep Guardiola, uno de sus pupilos, en el Barça (“es un profesional que ama su trabajo y a la gente que le rodea por encima de todas las cosas”), se habló del poder de los periodistas. Culpó al tipo de lenguaje belicista que se usa en las crónicas y en las narraciones deportivas de fomentar la violencia entre los aficionados. Haciendo un símil de guerra, comparó las palabras con armas y dijo que “muchos los periodistas no son conscientes de la influencia que tienen en la opinión pública”.

5 de enero de 2009

Fútbol gratis… ¿a qué precio?

“¿Te imaginas ver gratis en dos días cuatro partidos de la Liga BBVA con la mejor cobertura para que vivas el fútbol de la mejor forma posible?”. Así comienza la nota de prensa que la Sexta publicó en su página web para anunciar la emisión de cuatro encuentros de jornada 17 de la 1ª División española de fútbol, todo un hito en la historia de las retransmisiones del deporte rey en nuestro país. Pero lejos de estar a la altura de una de las mejores competiciones del mundo, el tratamiento que la cadena de Emilio Aragón ofrece a cada partido deja mucho que desear: narraciones por televisión, ausencia de repeticiones, jugadas “camufladas” por anuncios publicitarios y comentarios insulsos son algunos ejemplos de lo que tienen que sufrir jornada tras jornada los seguidores que ven a su equipo favorito por la televisión.

La “Guerra del Fútbol” en la que se encuentran inmersas Sogecable y Mediapro beneficia a todos los amantes del deporte rey, ya que cada fin de semana tienen la oportunidad de disfrutar de varios encuentros totalmente gratis. Pero lo que está haciendo la Sexta con el fútbol no tiene nombre. No me refiero a cómo amortizará el increíble gasto que la cadena de televisión está realizando “comprando” tantos partidos a Mediapro, sino al paupérrimo tratamiento que se le está dando a la cobertura de cada uno de ellos.

Este hecho no sería tan noticiable de no ser porque su rival (Digital +) es todo un maestro a la hora de retransmitir la Liga BBVA. Los señores de la Sexta deberían tomar nota de cómo se emite el “partido del Plus” para aplicarlo en los suyos. Así, seguro que el “fútbol gratis” sería de más calidad.

Como la realidad se entiende mejor con ejemplos, a continuación vamos a ver unos cuantos errores que los aficionados al fútbol sufren retransmisión tras retransmisión:

Publicidad abusiva

El especialista en “vender la moto” es José Antonio Luque en el Territorio Champions de Antena 3. Más que ante un partido de fútbol parece que nos encontramos en un mercadillo. En la Sexta ocurre tres cuartos de lo mismo, con el agravante de que no sólo utilizan al narrador como hombre anuncio. Además invaden la pantalla con letreros y gráficos que imposibilitan seguir el juego con claridad. Cuando no es el Follonero es El Mentalista el que le roba el protagonismo a los Iniesta, Villa o Casillas. Si esto ocurriera cuando el balón no está en juego se podría comprender, pero es que por culpa de tanta publicidad (en ocasiones llega a ocupar más de la mitad de la pantalla) el aficionado acaba tan desesperado que la mejor opción es apagar la televisión.

Repeticiones a destiempo

Al igual que en los goles, la esencia del fútbol reside en la polémica. Los árbitros son humanos y como tales se equivocan. Los medios de comunicación aprovechan esta polémica para rellenar mucho espacio de los informativos deportivos durante la semana. Repiten hasta la saciedad la jugada del penalti no pitado o la del piscinazo que engañó al árbitro. Para ello el encargado de realizar el encuentro debe disponer de dichas repeticiones… y con la Sexta es difícil. El mejor ejemplo ocurrió en el Barça-Mallorca de la pasada jornada (la del histórico “fútbol gratis”). Iniesta consiguió el 2-1 para los azulgranas después de un fuera de juego polémico de Gudjohnsen. Si este encuentro se hubiera retransmitido Canal Plus seguramente tendríamos diez repeticiones, cada una desde un ángulo distinto, que nos sacarían de dudas. Por el contrario, como fue la Sexta la encargada de emitir el partido, únicamente disponemos de una y su posición no es la más idónea para sacar una conclusión válida.

Pero el problema de las repeticiones es mayor porque los realizadores de la Sexta no atinan a encajarlas en la retransmisión. O la ponen cuando la gente casi se ha olvidado de lo ocurrido o la emiten y te pierdes una ocasión de gol. Dos ejemplos: por un lado, en el pasado Barça-Real Madrid el público quería volver a ver el mano a mano de Drenthe con Víctor Valdés y no pudo hacerlo hasta pasados bastantes minutos desde que ocurriera; por el otro, en el Barça-Mallorca mientras se emitía una repetición se escuchó de fondo el “¡uy!” del público. Eto’o había estado a punto de marcar y nadie lo vio… hasta que pusieron la repetición minutos más tarde.

Narración a distancia

Está claro que no es lo mismo vivir un partido en el estadio que presenciarlo por la televisión. Desde casa se pierden muchos detalles del juego, algunos vitales para entender lo que ocurre en el campo en cada momento. Tratar de suplir este defecto es una de las obligaciones del narrador. Sin embargo, llevar a cabo esta tarea contando lo que ocurre a través de la televisión es harto complicado. Más que nada porque el comentarista está viendo justamente lo mismo que el espectador. El resultado es una narración mucho más pobre, que se nota aún más cuando el comentarista se ve desbordado por los acontecimientos porque, al igual que le ocurre al que lo ve por la televisión, en algunos momentos no sabe lo que está ocurriendo en el estadio.

Estos tres ejemplos son sólo una muestra de lo que son hoy en día las retransmisiones de fútbol de la Sexta. Hay otros, como la escasa gracia que tienen algunos comentaristas (véase Quique Estebaranz) o que sea el partido que sea el que se disputa los comentaristas siempre acaban hablando de cualquier minucia del Real Madrid antes de lo que ocurre en el campo. Pero son hechos insignificantes comparados con los anteriormente descritos.

Esperemos que las retransmisiones mejoren porque a partir de la próxima temporada sólo podremos ver la 1ª División a través de la cadena de Emilio Aragón. Y como esto siga así casi va a ser más rentable ir al campo a ver a tu equipo que quedarte en casa cómodamente viéndolo por la televisión.