11 de mayo de 2008

Frank Rijkaard: adiós a un señor

Ya es oficial: Pep Guardiola, la batuta del “Dream Team”, dirigirá al FC Barcelona a partir del 30 junio. La grave crisis de resultados de los azulgranas, unido a la pobre imagen que ofreció el equipo en el Santiago Bernabéu, ha hecho que los acontecimientos se precipitasen. La consecuencia inmediata es que Frank Rijkaard, ese señor holandés que llevó al Barça a lo más alto hace apenas un par de años, abandona la Liga y el club por la puerta de atrás. Pero, ¿realmente se merecía Frank este tratamiento por parte de un Joan Laporta más preocupado de acallar las voces críticas tras un gran batacazo (como ya hizo el pasado año con el fichaje de Thierry Henry) que de solucionar la situación? Seguramente no, pero el fútbol es así.

Cuando un equipo entra en un bache de resultados normalmente el que paga siempre es el mismo, el entrenador, aunque en la mayoría de las ocasiones la culpa viene de otro lugar. En el caso culé, muchas voces apuntan hacia la directiva, Joan Laporta más concretamente, como el “cáncer” a erradicar del club. Además, más de la mitad de la actual plantilla está cuestionada como consecuencia de una lucha de egos en el vestuario y por su mediocre rendimiento durante esta temporada. Entonces, ¿por qué es Frank Rijkaard el que paga? Por una razón muy sencilla: en el mundo del fútbol es más fácil echar al entrenador que hacer una revolución en el club, tanto a nivel deportivo como directivo.

En una entidad en el que hay lío por cualquier cosa día sí y día también, el holandés ha sabido mantenerse al margen sin suscitar ninguna polémica. Salvo el día en el que el Chelsea eliminó al Barça en Stanford Brigde hace tres temporadas, cuando perdió los nervios, no se le recuerda ningún mal gesto o ninguna declaración incendiaria. Y eso es algo muy difícil siendo entrenador del Barça.

Siempre amable con los medios y dando la cara en todo momento, Rijkaard se ha visto traicionado una y otra vez. Primero por sus jugadores, a los que ha protegido siempre, y luego por la prensa, que le colocaban como principal culpable de no haber sabido gestionar un vestuario lleno de cracks mundiales.

Pero lo cierto es que Fran Rijkaard ha sido un señor dentro y fuera del campo y ha demostrado que es muy válido para llevar un vestuario de la magnitud del de Can Barça. Fue él quien consiguió armar el equipo que jugó el mejor fútbol de los últimos años y fue el holandés el que creó una gran familia dentro del vestuario azulgrana. Aunque claro luego le crecieron los enanos y ocurrió lo que todos sabemos.

De todas formas, el señorío (o “seny”) del que presume el Barça se ha visto fielmente reflejado en la imagen de este entrenador. Un hecho, el último de una larga lista de ellos, habla por sí solo de la clase del holandés: en el “clásico del pasillo”, fue él el que, sin tener la necesidad de hacerlo, se colocó a la cabeza de sus jugadores felicitando a todos y cada uno de los futbolistas del Real Madrid. Hecho que le honra como entrenador, como deportista y como persona.

La lástima es que en el mundo del fútbol los éxitos son efímeros y se olvidan con una velocidad de vértigo. Se va uno de los mejores entrenadores que ha pasado por el banquillo azulgrana y lo hace dejando dos Ligas, dos Supercopas y una Copa de Europa en las vitrinas del FC Barcelona. Ahora seguramente no, pero dentro de un tiempo seguramente se le reconozca el gran trabajo realizado durante su estancia en la Ciudad Condal.

Adiós a un gran señor…

14 de abril de 2008

¿Cómo se hace un periódico?

Desde que una noticia es escrita hasta que una persona puede leerla tras comprar el periódico en el quiosco al día siguiente ha tenido que pasar un proceso que no todo el mundo conoce. Mucha gente sabe que los diarios nacen en una redacción, pero, ¿también se imprimen allí? La respuesta, lógicamente, es negativa. Donde de verdad el periódico toma forma es en los centros impresores, que son los encargados de volcar toda la información del archivo informático en el papel. ¿Quieres saber en qué consiste el proceso? A continuación explicamos cómo se imprime El Día de Ciudad Real en “Lozano Artes Gráficas”, una empresa familiar de Ciudad Real que ya lleva más de veinticinco años en el sector.

“Accidente en la A-4 a la altura de Manzanares (Ciudad Real). Un vehículo se ha saltado la mediana y ha colisionado frontalmente contra un camión. Hay dos víctimas mortales y tres heridos de gravedad”. El teletipo acaba de llegar a la redacción. Uno de los periodistas acude raudo y veloz hasta el lugar de los hechos acompañado de un fotógrafo. Grabadora en mano, el redactor pregunta a la Policía y a los posibles testigos qué puede haber pasado, el fotógrafo toma las mejores imágenes del siniestro y los dos vuelven a la redacción para transformar todo eso en una noticia. Tras unos minutos, ésta por fin nace y se integra dentro de la sección “Sucesos” del periódico.

Son las diez de la noche, hora oficial de cierre de El Día de Ciudad Real. El diario está terminado y el archivo en PDF está siendo enviado a los servidores del centro impresor “Lozano Artes Gráficas”. El personal de la redacción se marcha a sus casas después de una dura jornada laboral, pero todavía no ha terminado todo el trabajo. Los impresores recogen el testigo y siguen con el proceso. El periódico debe tomar su forma natural para estar puntualmente en el quiosco por la mañana. No hay tiempo que perder.

Las páginas del diario han sido recibidas en el servidor del centro impresor. Desde aquí se descargan y se procede a su imposición. Bastante han cambiado los tiempos desde que no hace mucho las páginas debían imprimirse en acetato… Antes eran las redacciones las encargadas de llevar a los centros impresores las páginas impresas en este material, por lo que el proceso era mucho más lento. Gracias a su automatización, es mucho más sencillo incluir cambios de última hora en las páginas del periódico.

El nacimiento del periódico empieza una vez recogida la información en el servidor. Una máquina ordena automáticamente todas las hojas que compondrán el diario. Antes, en la redacción se han encargado de definir si el número tiene 72, 64 ó 56 páginas y cuáles de ellas serán impresas a color. En este punto del proceso es cuando entra en juego el personal humano, quienes se encargan de darle un último repaso a todo el trabajo para ver si hay algún problema. Si existiera (por ejemplo, páginas repetidas o defectuosas), se avisaría a la redacción del periódico para que lo subsanasen, y si no, se seguiría con el proceso.

Una vez está todo en orden, una máquina se encarga de plasmar, mediante la técnica del CTP (“Computer to plate”, directo a la plancha en castellano), cada una de las hojas en una plancha de aluminio, que serán las encargadas de imprimir el contenido en el papel. Mientras tanto, los trabajadores se han encargado de preparar la rotativa, tarea nada fácil. Deben colocar las pesadas bovinas de papel (de unos 500 kilos cada una) en su lugar y tensarlas bien, ya que si se pierde la tensión o se rompe el rollo de papel hay que parar de imprimir para reajustar todo. También hay que comprobar que los niveles de tinta están en orden. Y, cuando la información ha terminado de ser plasmada en las planchas de aluminio, éstas se colocan en su lugar. Es aquí cuando empieza el proceso de impresión propiamente dicho.

Al darle al botón que activa la rotativa el ruido se apodera de la nave. A una velocidad de vértigo, el papel va pasando por distintas fases a través de la compleja maquinaria. Su recorrido se inicia en la bovina, desde donde se dirige a las distintas planchas, que van imprimiendo la información en las páginas en tres fases de acuerdo a la tonalidad del color base: magenta, cyan y amarillo. A continuación, con el papel ya grabado, la tira discurre por una guillotina, que va cortando las páginas, en cuadernillos de dieciséis hojas (este dato depende del formato del periódico), para que posteriormente sean embuchadas, conformando así el resultado final. Este proceso, que parece tan sencillo, requiere de una planificación minuciosa, ya que si la cadena falla en algún punto el resultado no será el esperado.

Sobre las dos de la madrugada los trabajadores de “Lozano Artes Gráficas” se disponen a terminar de empaquetar los miles de ejemplares que acaban de ser impresos. Un nuevo número de El Día de Ciudad Real está recién salido del horno esperando a que los repartidores comiencen a distribuirlos por todos los quioscos de la provincia. Puntuales a su cita con la información, por la mañana temprano miles de lectores adquirirán sus ejemplares dispuestos a enterarse de la actualidad. Muy seguramente, sin reparar en el proceso que ese montón de papel ha seguido hasta llegar a sus manos…

11 de abril de 2008

¡Maldito último minuto!

¡Qué injusto es el fútbol! El Getafe no se merecía un palo así de duro. Este gran equipo acarició la gloria con la punta de sus dedos durante más de dos horas. Pero “el dios del fútbol” sacó a relucir su lado más tenebroso dejando a sus jugadores con la miel en los labios una vez que ya estaban casi saboreándola. Ni tan siquiera el todopoderoso Bayern de Munich pudo con el Getafe. Sólo la mala suerte hizo que no se cumpliera el sueño de toda España. Porque serán los alemanes y no los madrileños los que paseen sus colores por las semifinales de la Copa de la UEFA. Llantos, muchos llantos, se derramaron al final del partido. Pero algo quedará por encima de todo: el coraje que tuvieron diez jugadores plantándole cara y mostrando cómo se juega al fútbol a uno de los grandes equipos de Europa. Provocaron que toda España vibrase con su juego y que maldiciera hasta la cerveza alemana. El fútbol es así y nada se puede hacer sino alegrarnos por este equipo modesto que ha demostró que se pueden conseguir grandes éxitos sin necesidad de tener un presupuesto desorbitado. Grande este Geta. Seguro que pronto te veremos otra vez por estos lugares privilegiados...

Diez y media de la noche. Todas las crónicas estaban terminadas. Las portadas de los periódicos iban a reflejar la alegría de un Getafe haciendo historia al colarse en las semifinales de la Copa de la UEFA. El partido estaba siendo épico. El equipo azulón estaba dando una lección de buen fútbol y de orgullo, jugando con un hombre menos casi desde el inicio tras la expulsión de De la Red. Mientras tanto, el Bayern de Munich acechaba una y otra vez la portería azulona sin conseguir premio alguno. El marcador reflejaba un 1-0 desde el minuto 43 merced a un gol de casta de un Contra otra vez convertido en héroe. El jugador rumano recogió el balón en su campo y echó a correr, dejó atrás a dos defensas con un elegantísimo slalom y batió a Khan desatando la locura en Getafe.

Los azulones controlaron el “tempo” del partido en todo momento. Casquero y Celestini se estaban comiendo ellos solitos a los rudos centrocampistas germanos. Pero no eran los únicos jugadores del Getafe que estaban dando un recital: Cortés (¿no es un buen lateral derecho para la Selección?) recorría una y otra vez toda la banda para atacar y defender con una solvencia exquisita, Tena y Belenguer (vista la escasez de centrales nacionales, ¿por qué no llevar a este último a la Eurocopa?) mantuvieron a raya a delanteros de la talla de Luca Toni, Ribery y Klose, Abbondanzieri pedía calma a los suyos cuando ésta faltaba, Manu del Moral primero y Braulio después se batían el cobre contra un Lucio tan bestia como buen defensa… Todos rindieron a un nivel excepcional. Todos, absolutamente todos, se dejaron la piel en el campo. Así, no fue extraño que varios jugadores azulones se tirasen al suelo exhaustos y con calambres en las piernas. Porque, no hay que olvidarlo, el Getafe estaba comiéndose a todo un Bayern de Munich ¡con diez jugadores!

Quedaban apenas dos minutos para que el árbitro pitase el final y la alegría estallase en el Coliseum Alfonso Pérez. El partido estaba prácticamente terminado, pero las risas se transformaron en llantos de repente. Ribery, en el último suspiro del partido, empataba la contienda y mandaba a todos a la prórroga. Gran chasco para todos. Pero en ese momento de impotencia, los aficionados dieron una lección a toda Europa y, lejos de decaer, se levantaron y empezaron a animar a los suyos con todas sus fuerzas. El estadio y toda España era azulona…

Los alemanes estaban aterrorizados y se notó en el inicio de la prórroga. Cual púgil ganador, Casquero y Braulio lanzaron dos derechazos a la mandíbula que los alemanes encajaron sin que pudieran defenderse. Les pillaron por sorpresa, no se esperaban un ataque de tal magnitud. Ni ellos, ni tan siquiera todos los aficionados del Getafe, que se debatían entre la alegría y la incredulidad. El Bayern de Munich estaba noqueado y así se vio durante los siguientes minutos. Sus jugadores fueron incapaces de conseguir un gol. Pero el fútbol tiene estas cosas y los equipos alemanes poseen ese sello que también caracteriza a los italianos: la suerte de los campeones. Un fallo del Pato Abbondanzieri, que regaló a Luca Toni un gol en el minuto 115, les metió de nuevo en el partido. Y fue otra vez el delantero italiano el que calló a todo el estadio poniendo el 3-3 en el marcador. De nuevo en el último suspiro y mandando una vez más las crónicas de los periódicos y las ilusiones de toda una ciudad a la papelera El Bayern de Munich se clasificaba para las semifinales (sin conseguir ganar ninguno de los dos partidos) a un Getafe que se quedaba a las puertas del cielo.

Toda España, y gran parte de Europa, lanzó el mando de la televisión al suelo maldiciendo a aquel delantero italiano y a la maldita “suerte del equipo grande”. Más de un llanto desconsolado pudo verse en el estadio y en los bares, donde gente de todos los equipos se habían unido bajo la bufanda azul del Getafe. La Copa de la UEFA se había terminado para los getafenses por este año. Pero los aficionados al buen fútbol saben que este equipo volverá. Y para alzarse con el trofeo…

30 de marzo de 2008

Seis leyendas del tenis se dieron cita en el Masters Senior de Madrid

El Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid acogió por segundo año consecutivo el Masters Senior, un torneo de veteranos que reunió a algunos de los jugadores que han escrito la historia del tenis. Boris Becker, Björn Borg, John McEnroe, Emilio Sánchez Vicario, Jim Courier y Sergi Bruguera participaron en una competición de tres días muy disputada y con un aire muy festivo. El catalán Sergi Bruguera se alzó con el triunfo tras superar a tres ex-números uno en su camino: a Bjön Borg en cuartos de final, a John McEnroe en semifinales y a Jim Courier en la final.

349 semanas en lo más alto del ranking ATP, lo que equivale a 6 años y 8 meses, 235 títulos en el circuito profesional, 30 de ellos en torneos del Grand Slam y 9 entorchados en Copa Davis. Estas impresionantes cifras las reúnen entre los seis tenistas que se juntaron durante los días 28, 29 y 30 de marzo en la capital de España. Seis grandes del tenis que ahora dedican su tiempo a jugar torneos de veteranos para el deleite del público, que acude a los pabellones para disfrutar en vivo de esos jugadores a los que no tuvo la oportunidad de ver cuando eran profesionales.

El paso del tiempo sólo ha hecho mella en el aspecto físico de los tenistas. Por lo demás, siguen siendo los mismos que dominaron el circuito ATP hace unos años. Así, el clásico estilo de juego de Jim Courier, las impresionantes voleas de Boris Becker o la clase de Bjön Borg siguen causando furor entre los espectadores. Aunque a decir verdad, lo que más le gusta al público es ver al siempre malhumorado John McEnroe destrozando raquetas contra el suelo o protestando las decisiones arbitrales.

El show que se montó en el Palacio de los Deportes fue brillante. Ya no sólo por ver a tanta leyenda junta, sino porque ofrecieron un espectáculo digno de Grand Slam. Se vio tenis de grandes quilates y se reeditaron partidos míticos de la historia del tenis, como el que cerró el torneo. Sergi Bruguera y Jim Courier “regresaron al pasado” jugando la misma final que en Roland Garros en el año 1993. Al igual que entonces, el español se impuso al estadounidense en un partido disputadísimo. Si en aquella ocasión el encuentro se decidió en cinco sets, en ésta lo fue en tres. Después de dos mangas en las que ambos mantuvieron su servicio y que sólo se pudo decidir con sendos tie-break (primer set para Courier y segundo para Bruguera), el súper tie-break decidió el campeón. Sergi Bruguera lo empezó más entonado y consiguió una ventaja que le valió para finiquitar el partido. 10-4 en el marcador del tercer set y la segunda edición del Masters Senior y el gran oso rojo del trofeo fueron a parar a sus manos.

Ambiente festivo

Más allá del tenis, si hay algo que caracteriza a estos torneos de veteranos es el ambiente festivo de sus partidos. Sin la presión característica de los partidos del circuito profesional, no fue raro ver a los tenistas vacilándose entre ellos después de un golpe fácil fallado, montando una pequeña trifulca, pacífica eso sí, porque el rival le había ganado un punto o incluso usando a un juez de línea como escudo humano ante un “smash” de su oponente. Jim Courier se llevó la palma en este aspecto. Mucho más dicharachero que el resto, no paró durante todo el torneo de bromear con todos. En la mismísima final invitó a dos chicas de unos diez años que se encontraban en las gradas a jugar un improvisado partido de dobles con Bruguera y con él. El público, muy participativo ante las bromas de los tenistas, respondió con risas y aplausos. Una vez terminó la improvisada pachanga el juego volvió. Porque aunque no lo pareciera, estaban en mitad de un juego.

Los seis tenistas (más Pato Clavet, que tuvo que sustituir al lesionado Boris Becker en la final de consolación ante John McEnroe) se fueron muy contentos con el torneo y expresaron su deseo de poder volver en otra ocasión. El público respondió muy bien y prueba de ello fue el aspecto que presentaron las gradas del Palacio de Deportes durante los tres días. Éxito de tenis, de organización y de público. No se le puede pedir más a un torneo de este tipo.

Iván Ferreiro vuelve a lo grande

Viernes. 28 de marzo de 2008. 21 horas. El público que abarrotaba la sala “La Riviera” esperaba impaciente a que el concierto comenzase. En el ambiente había muchas ganas de volver a ver al gallego subido de nuevo a un escenario. Cinco minutos más tarde esa inquietud se transformó en voces que le instaban a aparecer ante los ojos de todos. A las nueve y diez por fin llegó el momento que todos estaban esperando: Iván Ferreiro, acompañado de su banda, se dejaba ver sobre el escenario de la sala madrileña. El público, el mismo que había agotado todas las entradas del que iba a ser el primer concierto de la gira (la expectación “obligó” a hacer otro un día antes), enloqueció. Un año después se volvían a sentir unos “repelentes” disfrutando del directo de su “pirata” favorito.

Las primeras notas de la canción que iniciaba el concierto sonaron como música celestial en los oídos de la multitud. Toda la verdad, tema que también abre su nuevo trabajo, “Mentiroso Mentiroso”, fue un éxtasis de sensaciones, aunque una se dejó sentir por encima de las demás: la añoranza se transformó en alegría desbordada. Por fin sus seguidores podían dejar de lado la soledad del mp3 para poder disfrutar junto a miles de personas de las canciones de Iván Ferreiro en vivo.

Uno tras otro se fueron sucediendo temas de los tres discos en solitario del cantante: Extrema pobreza, Son preciosos nuestros besos, Jet Lag y un largo etcétera. El público asistía totalmente entregado al recital que estaba dando Iván sobre el escenario. Tal fue la complicidad que incluso Ferreiro recogió del suelo una guitarra hinchable que le habían lanzado y entonó un tema con ella en la mano, al más puro estilo Rodolfo Chikilicuatre.

La anécdota de la noche llegó mediado el concierto. La banda desapareció del escenario y el gallego se quedó solo, con la única compañía del piano. Así empezó a interpretar Rocco Sigfredi, una preciosa balada con nombre de actor pornográfico. De repente, Iván perdió el hilo de la letra y hubo un silencio. Lo intentó retomar, pero nuevamente se equivocó. A la tercera fue la vencida. “Lo siento. Parece que estoy un poco torpe”, se disculpó Ferreiro al terminar la canción. Pero daba igual, los allí congregados estaban radiantes de felicidad y agradecieron su esfuerzo con una sonora ovación. Aunque lo que más agradecieron los nostálgicos fueron los dos temas que interpretó de Los Piratas. Las raíces nunca se olvidan.

Era una noche especial y se notaba. No sólo entre la muchedumbre, sino también entre la banda. Uno de los guitarristas, Emilio Saiz, estuvo durante todo el concierto viviendo intensamente cada acorde que salía de su instrumento. Amaro Ferreiro, el otro guitarrista, además de tocar una canción que había compuesto esa misma semana, no paró de lanzarse miradas de complicidad con su hermano. Éste último deleitó a todos con sus tan característicos bailes estrambóticos. Pero ahí no quedó la cosa. Es costumbre en los conciertos de este artista rodearse de sus amigos y más en noches especiales como esta. Así, pasaron por el escenario Coque Maya (cantante de Los Ronaldos), Suso Saiz (productor del disco), quien se mostró muy activo guitarra en mano, Adela (cantante de Sunflowers y Sterlin), y César Pop con su acordeón (autor del tema Magia). Todos se contagiaron del buen rollo del ambiente y lo dieron todo sobre el escenario.

El desenlace de la velada musical no le fue a la zaga al resto del concierto. La locura y el desenfreno se apoderaron de “La Riviera” cuando Iván Ferreiro se fue “de viaje con Chihiro” diciendo adiós a todos. La apoteosis de luz y sonido fue grandiosa. Público y artistas se sumieron en un éxtasis gastando las fuerzas que todavía atesoraban los cuerpos. Y así terminó todo.

Tras dos horas de “sonido Ferreiro”, la música desapareció, la sala se fue vaciando poco a poco entre las caras de satisfacción y cansancio de los “repelentes” e Iván se fue con los suyos a celebrarlo. Acababa de dar un gran concierto. Iván Ferreiro había vuelto a sentirse artista…